No se a vosotros pero a mí el jengibre me sabe a Navidad.
Me pensé mucho el hacerlo o no cuando me topé con la receta por la cantidad de especias que lleva, pero al final me decidí y gustó mucho.
No es excesivamente dulce ni empalagoso.
Al estar endulzado con miel y llevar harina integral, dentro de lo sano que puede ser un bizcocho, este lo es.
Si os gustan los dulces especiados, no lo dudéis, este seguro que os gusta.
Vamos con la receta!
Necesitamos:
250 gr. de zanahoria rallada fina
225 ml. de aceite de girasol o de maíz
340 ml. de miel
4 huevos (o 3 más 1 clara)
275 gr. de harina integral de trigo
2 cdtas de levadura química
2 cdtas de bicarbonato
1 cdta de sal
1/2 cdta de clavo molido
1 cdta de nuez moscada molida
1 cdta de cardamomo molido
1 cucharada generosa de canela molida
2 cucharadas de jengibre molido
60 ml. de buttermilk -suero de leche-
1 taza de nueces picadas
Y así lo preparamos…
Antes que nada, si no tenemos buttermilk, lo vamos a preparar. Para ello ponemos en un vaso 60 ml. de leche y le añadimos 1/2 cucharadita de vinagre o de zumo de limón, lo dejamos reposar 10 minutos, removemos y reservamos.
Precalentamos el horno a 190º.
Mezclamos bien el aceite y la miel. Añadimos los huevos uno por uno, incorporando bien cada uno antes de batir otro. Añadimos el buttermilk.
En un bol grande, tamizamos la harina junto a todos los demás ingredientes secos, menos las nueces, la zanahoria y el jengibre.
Mezclamos los ingredientes que hemos tamizado con la mezcla de miel, aceite, buttermilk y huevos, y batimos lo justo para que se incorporen todos los ingredientes sin que queden grumos. Si batimos más de la cuenta, no nos saldrá el bizcocho ligero y esponjoso.
Por último, le añadimos la zanahoria, jengibre y nueces, y mezclamos suavemente.
Engrasamos un molde mediano de pyrex, vertemos la mezcla y horneamos durante unos 45 - 50 minutos, los primeros 15 minutos, mantenemos la temperatura a 190º y pasado este tiempo, bajamos a 180º.
Para saber si está listo, como siempre, pinchamos en el centro con un palito y cuando salga limpio estará hecho.
Fuente: Mi cocina en Montreal