Lo que a mí me pasa con las acelgas no sé si le pasará a mucha gente, me parecen unas hojas verdes insípidas y aburridas; así que, para comerlas, lo que hago es buscar alternativas para consumirlas ya que es un alimento rico en reguladores naturales, contienen muchas vitaminas, sales minerales, betacaroteno y fibra. Es el vegetal que más folatos posee. Los folatos son vitaminas que actúan directamente sobre la producción de glóbulos blancos y rojos, y en la formación de anticuerpos. También tienen altas concentraciones de potasio magnesio y yodo.
La verdad es que después de saber todo esto sobre las acelgas, hay que ir pensando en que no nos falten en nuestra dieta y sobre todo, intentar que los niños las coman.
Estas croquetas, seguro que nos ayudan a ello…
Necesitamos:
10 ó 12 hojas de acelgas
12 gambones o langostinos grandes
1 cebolla mediana
3 dientes de ajo
300 ml de leche
150 ml de aceite de oliva
7 cucharadas colmadas de harina
un pellizco de nuez moscada molida
una pizca de pimienta blanca molida
Y así las preparamos…
Lavamos y cortamos las acelgas en trocitos pequeños. Las hervimos, mejor si es al vapor, para que absorban menos agua y conserven mejor todas sus propiedades. Escurrimos bien y reservamos.
Pelamos y cortamos en varios trocitos los gambones o langostinos. Reservamos.
En una sartén grande antiadherente ponemos el aceite y freimos en el los ajos y la cebolla todo picado muy fino, cuidando que no se nos queme.
Añadimos las acelgas y los gambones y mareamos un poco hasta que estos últimos tomen color.
Ahora le incorporamos la leche, la sal y las especias y antes de que se caliente demasiado para que no se nos formen grumos, vamos añadiendo la harina poco a poco y sin parar de remover.
La cantidad de harina es algo orientativa, se la vamos poniendo poco a poco hasta que veamos que ya tiene la consistencia que nos guste; a mí, personalmente, me gusta que me salga una bechamel espesa y que se pueda manejar con las manos.
Cocemos todo hasta que se la bechamel no se quede pegada a la sartén.
Debemos tener en cuenta, que la bechamel espesa cuando se enfría, por eso no debemos pasarnos con la harina.
Cuando ya tenemos lista nuestra bechamel, la vertemos en una fuente y la extendemos bien tapándola con un film para que no forme costra.
Una vez fría, formamos nuestras croquetas, las pasamos por huevo batido y pan rallado, y las freímos en abundante aceite caliente.
Nota: Yo las acompaño con salsa agridulce, para contrastar sabores y darle algo más de alegría, si cabe…
Me parece una forma deliciosa de comer acelgas. Me la apunto.
ResponderEliminarBss
Tienes razón, no sé por qué las acelgas parecen tan sosas y aburrida cuando tienen tantas propiedades. La verdad es que tu propuesta me parece genial. Besos.
ResponderEliminarA mi personalmente me encantan las acelgas y ya con esta maravillosa receta, pufff. Evita te luces en cada receta.
ResponderEliminarMuchas gracias!! Para mí es todo un placer enseñar lo poquito que voy aprendiendo.
EliminarSaludos!!
Que originales!
ResponderEliminarAdemás con una mezcla de sabores deliciosa, como me ha gustado!
Esto te lo copio, lo sabes verdad?
Besazos.